llora
sola.
No
la acaricia nadie.
Su triste
duelo
la
ambiciona.
Donde
se hayan ido
sus grandes manos
sus grandes manos
quiere
irse ella.
Velará el tiempo
hasta
que sus dedos vuelvan.
Han
robado su voz
la
de mil planetas.
Lo
plural en uno,
la turbadora estrella.
Nunca más su amo
amará
sus cuerdas.
Sufre
amordazada
y aterida
su clausura.
su clausura.
En
un rincón,
el alma rota.
el alma rota.
Nená de la Torriente