domingo, 16 de marzo de 2014



Terceros,  cuartos, 
con dolorosas quemaduras 
en los dedos. 
La arcilla caliente se disfraza 
de barro y discurre endureciéndose 
por las cunas de las falanges. 
¿Qué pensabas que era un torso de mujer, 
una arquitectura sencilla? 
Como las maravillas,  el capricho 
se quiebra en pliegues tremolantes, 
en sombras imperceptibles, 
en gemas que se esconden,  y 
en brotes que se abren. 
El complejo mapa no espera la voluntad 
de tu imaginación, 
posee carácter y el dominio suficiente 
para seducir dormido. 
Cierra los ojos y piensa intensamente, 
no esboces,
descúbrete ante la naturaleza de los cuerpos, 
la fuente de luz de todo un cosmos. 





Nená de la Torriente