lunes, 10 de marzo de 2014

La Tierra

Habla la tierra y nadie escucha. 
Aquí las Boronias y Primulas 
se alborotan y prenden de olores 
el aire que roza el suelo. 

Allí la sangre respira húmeda arena, 
esencia de hierro, 
el silencio que retumba 
en un grito seco; 
y sigue siendo la misma 
donde sembrar una rosa. 

Llora la tierra y nadie la escucha. 
Como llueven ahora lagos volcados, 
en México,  en Río o en Bolivia 
llevándose la pena y la alegría, 
la vida en todas sus medidas; 
aunque siempre haya un bobo Evo 
echándole la culpa, 
la culpa, 
la culpa al capitalismo.

(Otros dirán que es el socialismo,
o las re-ligazones con el único Dios 
que existe) 

¡Oh, las sentencias,  qué hará la tierra 
con conceptos sin manos que la acaricien! 

Tanta pelea y tan poca convivencia, 
sin transigencia ni conformidad. 
La paciencia necesaria 
para repoblar el mundo 
con muchas menos  
letras, 
y un 

manojo

más 

de 

rosas. 







Nená de la Torriente