martes, 4 de marzo de 2014

De ese modo 
como una huella atropella 
la tierra de otro, 
y marca con deshonra sus tilos, 
así sucederán los cantos 
en atronadores gritos, 
porque todo no se tolera. 



¡Ay,  pero las balas 
y todo el armamento del mundo, 
se cobran vidas, 
y éstas 
siempre valdrán más 
que cualquier barro o canto 
del planeta! 
Los hombres formados 
en juicio y avenencia,  
sabrán cómo hostigar 
al quebrantador 
de aquellos cantares 
bajo los tilos,  y 
castigarán al enemigo 
del prudente sentido 
de las corporaciones. 





Nená de la Torriente