como
una huella atropella
la
tierra de otro,
y
marca con deshonra sus tilos,
así
sucederán los cantos
en
atronadores gritos,
porque
todo no se tolera.
¡Ay, pero
las balas
y todo el armamento del mundo,
se
cobran vidas,
y éstas
siempre
valdrán más
que
cualquier barro o canto
del planeta!
Los
hombres formados
en juicio y avenencia,
sabrán
cómo hostigar
al quebrantador
de
aquellos cantares
bajo los tilos, y
castigarán al enemigo
del prudente sentido
de
las corporaciones.
Nená
de la Torriente