no
creo
que
os invitase a vino tinto.
Sois arsenal de palabras inconexas
buscando
oficio
y
ese es el problema:
El
poeta no tiene documento,
ni
puesto que le acredite un cargo
y
una mesa.
No
podemos mirarnos como
si
nos conociéramos,
porque
no nos entendemos.
Yo
digo asno y vosotros rucho,
y
para mí rucho es un camino
abarrotado
de plantas.
Colmáis
en breves versos
el
discurso de mil zapatos,
la
creencia de exegetas almas
que
nos traerán la verdad
con
sus insólitas notas.
Lo
sencillo es pobreza,
y
en cambio para mí es lo sápido,
lo
que tiene algún sabor
dicho
de manera lironda,
porque
tanta monda de naranja
me
estorba,
cuando
lo que quiero saborear
es
sólo fruta.
Nená
de la Torriente