'Volando
los pies,  las manos en tierra, 
así
les llevaría a todos' 
-pensó
el viento enojado, 
al
ver tanta tristeza. 
Se
aviva el color en cada plaza, 
las
avenidas entre ramas secas 
y
minúsculas florecillas rosas. 
Los
labios sin barra de carmín y 
las
piernas blancas de escayola. 
Las
fechas  dolorosas 
que
no se lloren en gris, 
que
se salga a vivir hospedando 
la
sutil ofrenda de cada cosa; 
porque
mañana será después, 
y
dime,  justo hace unas horas: 
El
dolor ¿por qué era? 
Nená de la Torriente
