te
escucho.
Al
alba llegan sonidos
de
insectos habladores
que
buscan amanecer
antes
que el color,
pero
tú permaneces áfono.
Los
semáforos, la hilera
de
tráfico como una vena
que
respira parpadeante
me
despierta,
pero
tú permaneces dormido,
en
algún lugar,
con techo cubierto.
con techo cubierto.
Hoy
volverá a nevar
soles
blancos,
cuando
abras los ojos.
Destellos
orbiculares
proyectando
collares
nacarados,
hasta
que te llegue
la
conciencia.
Yo
pensaré en ti
o
en las gotas que tercas
golpearán
los cristales.
¡No
os puedo dejar entrar!
Las
gritaré camino del baño,
dándome
golpes contra las
paredes.
¡Café,
café, café, café!
Te
gritará a ti
la
única neurona lúcida,
antes
de darte de bruces
contra
alguna esquina
desleal.
-...Y seguiremos estando
el uno sin el otro...-
-...Y seguiremos estando
el uno sin el otro...-
Nená de la Torriente