sentada
de espaldas
a
tanto trigal de pelo claro, y
en
la noche,
a montes
crecidos de
pelo
oscuro.
Pobre
Juno
te
cansaste de arrojar tus rayos
sobre
un mundo quemado
que
no quiere amarrarse,
y
todo vale…
Ganimedes
ahora vende en las joyerías.
Es
peluquera,
amasa
pan,
toma
sol en las terrazas.
Monta
empresas y bebe ron Negrita
a
las tres de la mañana en tugurios
sin
rótulos en la puerta.
Pobre
Juno,
Regina
de los hombres y de los dioses.
Pronuba
sin dicha,
te
han robado la tierra,
la voz,
el entregado útero.
Nená
de la Torriente