Hay
en la esquina de la voz
un
misterio recogido
que
sabe de gaviotas
sobre
mares tempestuosos,
lejos
de la costa,
oculto
de los barcos de vela,
cunas
blancas sobre las olas.
Un
recato travieso
que
viene a no contar
lo
que anhelas,
el
sueño que has de construirte solo,
porque
irremediablemente
es
sólo tuyo.
Lleva
precinto y contraste
de
todas las palabras secretas,
las
furtivas e insondables que se asoman
por
las ventanas de tus ojos
para
ocultarse tras su brillo.
Existe
en la esquina de la voz
un
misterio que ni enhebrando dichos,
uno
detrás de otro,
bebido, embriagado, alegre, o
a
caso abstemio,
sabe
descubrirse ante los otros.
Nená de la Torriente