Apenas
sí jugamos
porque
eres demasiado realista.
Te
viertes como el café de las tazas
en
las mañanas frías
cuando
la fe se ausenta.
No
son las estaciones
lo
mismo que los trenes
y
debes correr todavía,
pero
eres indolente y te cuesta sonreír.
Siempre
es Siempre todavía
y
ser un poeta requiere un NO
enorme
a ser avasallado,
o reducido
en tu yacija de retahílas.
No
te sometas a los colores
de
una sola pupila,
muestra
que la libertad empieza
en
un par de fonemas y se abre paso
a
mordiscos en un mundo distinto,
y
aprieta mi mano, su mano,
la
de tantos que estamos contigo,
y
distínguenos por no haber sido
nunca una entelequia.
Nená
de la Torriente