sábado, 3 de mayo de 2014



Alguna vez fue piedra 
alguna vez arena. 
Alguna vez fue el río del tiempo 
de otra gente,  y 
recorrió memorias 
de gozo y sinsabores, 
guardándolas en los pliegues 
de su rizo y de su escote. 
Alguna vez fue amada, 
alguna vez maldecida. 
Alguna vez fue la manzana mordida 
del adolescente, 
y saboreó la sábana,  la dulce 
amanecida, 
dejándola dormida 
en el secreto de sus canas. 
Alguna vez fue la vida, 
alguna vez la muerte. 
Alguna vez fue la carta librada 
 al loco que se pierde, 
y regresó añoranzas 
de niñez al que blasfema, 
para sostener lo que sobrevive 
por encima de la nieve. 




Nená de la Torriente