lunes, 26 de mayo de 2014



Comprendo todo lo que haces, 
no imaginas cómo lo comprendo. 
No temas ni sientas el pañuelo 
de tu garganta 
porque yo lo acepto 
como algo sencillo, 
una cesta de mimbre prevista 
llena de suspiros blancos. 
Serena la borrasca,  serena las voces 
que agitan las mareas, 
las olas van y vienen y las rocas 
están siempre quietas. 
No tengas miedo,  ni angustia, 
ni pesar en rincones donde la mano 
no alcanza, ni conoce. 
El cielo podrá ponerse del color más claro 
y aunque no la veas, 
la estrella más brillante seguirá allí, 
conociendo lo más hermoso de tu mente 
luminosa. 




Nená de la Torriente