Puede que no estemos solos,
puede que seamos tan tercos
que no queramos pensar.
¡Es tan poético el drama!
Imagina que cualquiera
de esos seres con los que
coincides, te piensan,
no importa cuánto,
un segundo, un minuto, algo más
¿no es suficiente motivo
para estar en la palma de otro?
Quizá te resulte incómodo
no ser diana y dardo,
micrófono o estrado,
pero es mucho más fácil el roce
no siendo centro,
eje de esfera y vigilancia.
Créeme, estás entre los vivos,
y yo te pienso
mi querido desconocido,
y te imagino,
y tengo un plato y un vaso
para ti.
No estamos solos.
Nená
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