Ella se cansó de ser siempre ella,
de que la pensaran bella,
de ser vasija y beso,
amante y origen.
Ella inapetente, voraz,
numen de octogenarios textos,
mácula para castos y recatados,
fruta para disolutos y calaveras.
Ella la infame, la bruja,
la virgen, la ingenua,
se cansó de tanta pamema.
La golosina, el confite,
gaudeamus de los hombres,
consumió todo veto y negativa
para ser el cuenco o la escudilla.
Ella se cansó de ser siempre ella,
y deseó concebirse
sin nadie que la midiera.
Nená
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