Nunca seremos doce.
Busca uno a uno,
desgrana conciencias,
¿amigos?, ¿algún enemigo?
Esa cifra era perfecta.
No hay historia sobre historia,
escrito sobre escrito,
episodio sucedido
que suceda idéntico,
por eso nunca seremos doce,
ni aquellos doce del cenáculo,
ni otros doce,
misteriosos doce.
¿Y si te invito a que seamos siete?
No preguntes.
Tengo buen vino
y todos, algo que contar.
¿Enemigos?, ¿algún amigo?
Dejemos que el etílico nos convierta,
y quizá la historia nos ignore,
un rato más.
Nená
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