jueves, 3 de abril de 2014

RAROS



Nadie te dijo: 
Eres raro 
Pequeñas palabras 
aterciopeladas 
-a menudo amaneradas- 
de lo especial,  señalado 
-te hubiera gustado saber por quién-, 
diferente por un motivo 
extraordinario, y 
que tarde o temprano asombrarías.
Nadie pasó sus ojos por ti 
como si tal cosa, 
como tú lo hacías con los objetos. 
Pero te mostrabas tan seducido 
por la normalidad, 
como aquellos otros ordenados
sentían perplejidad por ti. 
Nunca llueve a gusto de todos’ 
te parecía la frase más estúpida 
del mundo, 
la más cruel y la más derrotada. 
Con tiempo comprobaste la negatividad 
de la normalidad,  lo letárgica, 
¿dónde el espoleo,  cuándo el solivianto? 
Y te diste cuenta que a fin de cómputo, 
no era tan fascinante 
ser como todos… 



Nená de la Torriente