lunes, 14 de abril de 2014



Esta noche, 
la más amarga, 
siento cómo me acaricia 
el aire las manos. 
No son ellas las que rozan dulce 
en su delicado trasiego lento, 
es el húmedo oscuro quien las besa. 
No somos protagonistas de nada, 
ni lo fuimos nunca. 
Ni siquiera de aquellas palabras 
que creímos nuestras. 
Nos tomaron al asalto, 
como quien toma un castillo 
y lo conquista, 
haciéndose con el botín en unas 
pocas horas. 
Ya ves,  hoy me duele cada hueco 
que despierta herido y con la cama revuelta, 
sin una palabra tuya, 
sin ningún poder en mi boca, 
y no podemos hacer nada 
porque no somos los protagonistas 
de esta historia, 
ni acaso lo seremos nunca, 
aunque lloremos hasta 
llovernos por dentro.



Nená de la Torriente