El
LIRIO Y EL RATÓN
-Ya
ves –Le dijo el lirio al ratón-
tantas
primaveras volviendo,
y
aún no sé tu nombre.
-¿Y
de qué nos sirven los nombres?
-Contestó
sorprendido el ratón-
-Pues
ahora que lo dices… -repuso
el
lirio pensativo- No de gran cosa,
es
una forma de medida,
de
falsa cercanía, un intercambio
hueco,
sólo son letras…
-¿Y
si paso el lomo por tus hojas?
-Dijo
el ratón al lirio-
-¡Oh,
eso sería hermoso! Una unión,
un
encuentro verdadero…
-¿Y
si me cómo tus hojas?
-¡No!
Eso serí…
Y
ya no hubo más conversación.
(Hay seres que no están destinados,
si es que el destino existe, a permanecer juntos
en lugares próximos,
mucho menos a entablar diálogos del tipo
que sea)
Nená de la Torriente