A
veces estoy donde no quiero 
pero
es sólo por un rato, 
trepo
a la casa del árbol 
y
me hago un nido. 
A
veces voy vestida con zapatos 
y
calzada con vestidos 
pero
no me hago caso, 
sólo
son contingencias vanas 
que
se perderán detrás de alguna risa 
siempre
de otro. 
Tú
dices 
‘¡ay
si pudiera morder sin dientes!’ 
y
yo puedo. 
Tú
piensas 
‘¿podría
escapar del mundo sin salir 
de
él?’, 
yo sonrío 
como
la niña que pasea 
el
globo más bonito que ha visto nunca, 
ese
del que tú quieres escapar 
sin
salir de él. 
Nená de la Torriente
