A veces tengo,

otras no sé.

Tengo mis poemas,

mis versos vivos

acurrucando certezas.

Tengo un lápiz de punta roma,

que sujeta mi pelo,

una raíz y una herencia

que repaso los días de lluvia,

y un recuerdo que se pierde

en otro,

irremediablemente.

Tengo un deseo, minúsculo,

una luna a la que sonreírle

y un espejo,

una demencia con que bailar tedios,

y algo de anhelo para un hatillo

de dijes dimitentes.

No sé si tengo esos espacios

que dibujo,

ni esas lunas que amenazan

con volver de nuevo llenas,

ni tanto verbo vivo,

ni tanta gravedad sujeta.

No sé si tengo un pasado

que me recuerde,

ni si el tedio quiere bailar

con una nota demente,

ni siquiera sé si alguien me piensa

cuando apago la luz

y duermo.

A veces tengo, 

otras no sé.

Nená