jueves, 21 de julio de 2011


-sexo-

Siempre es lo mismo,
amor que sabe a resaca.

Déjalo a un lado, quieto,
a los pies de la cama
y mírala un rato.
No traigas mapas
en los dedos, ni un sucinto
tarareo,
no piensa silbarte a Bruch.

Todo esto que arrimas ávido
es sexo,
sexo ímprobo
o bendito sexo, delicado sexo,
deseo vestido en tules
una tarde de sábado.

Di lo que quieras,
véndele un gato,
una cesta de frutas,
un caramelo.
Llámalo amor,
y abre la boca tanto
como quieras.

Amo,
amas,
ama.
Ella sonreirá,
pero no le bajes el cielo.
Ya distingue su luz.

Nená

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