Me van a ir cerrando
las puertas
de todos los
mundos,
como siga amando
esta curiosidad
por encontrar
verdades.
Van a ponerme
filtros en todos los colores
no vaya a verlos
con su intensidad única.
Tal vez no
entienda de razones tibias
a espaldas de las
cosas que arden,
ni me guste el
lenguaje del temeroso
que prefiere dormitar
en cuevas,
a alojarse bajo el
cielo imprevisible.
Hasta ahora no
debo nada,
ni nada ha sido un regalo
de entre todas esos labios
hambrientas de
besos.
Sí he anudado
pañuelos para sostener
a seres vacilantes
e infinitamente aturdidos,
y hasta he
ofrecido mis brazos
para el necesario consuelo.
Me van a condenar al
infierno
los que viven
dentro sin saberlo
y yo seguiré
respirando lejos de su oxígeno,
y advirtiendo maravillosos verdes
que ellos jamás
han visto.
Nená de la Torriente