sábado, 25 de octubre de 2014



Buscas tus pasos en la eminencia del terreno, 
lejos del páramo todas las huellas 
no parecen iguales. 
Confías encontrar la similitud más exacta 
que defina tu nombre y tus paisajes, 
verte entre las marcas del prófugo solado. 
Te acercas a mí y llegamos al final del comienzo, 
el tránsito es el verdadero lenguaje 
que nos reconforta, 
el sello que nunca tiene tinta en la suavidad 
de unos labios. 
Nos convertimos en amanecer y en deseo. 
Nos renovamos con la primera mentira 
y en la última forma de resurrección. 



Nená de la Torriente