sábado, 1 de agosto de 2015

Hoy la tarde es de luz


Se encendió la luz en la tarde 
lejos de apagarse en colores. 
Ya no estabas en ese espacio 
con tantas salidas, 
nunca llegadas, 
en aquel cruce de caminos 
que no supo confluir en su centro. 
Soñé que alguien me soñaba, 
una vanidad absurda, 
que alguien velaban por mí, 
una inversión con intereses 
absolutamente humanos. 
Y soñando soñé que aprendía a mirarme 
detrás de los espejos, 
donde las luces se apagan 
y se iluminan los cuerpos: 

Saqué la raíz del parterre, 
el cucharón de palo de todos los pucheros 
y devolví la savia a los tallos difuntos. 
Me puse en paz con las palabras íntimas que fraccionaba, 
involuntaria y voluntariamente, 
para no entender que mi necesidad 
no era más que la cobardía 
de enfrentarse a la vida a solas. 

Qué bella es la luz de hoy, 
en esta increíble tarde. 



Nená de la Torriente

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