A la barca se acercan olas de cemento
y el casco grita.
El remo quiere verse golondrina,
y la cuerda hace escala en tu ventana
que por enredarse en tus dedos
alcanzaría cualquier cima,
lejos de esta o aquella autopista
con nombre de océano.
Tú que puedes cambiar el nombre de las cosas
dile al viento que venga
y que nos barra,
que ella sólo quiere llegar hasta ese bar
orillando la acera
y comerse un pastel de manzana.
A la barca se acercan olas de cemento
y el casco grita.
Y la vida sigue siendo ese loco acertijo
dentro de una botella
que busca el hombro,
después la corona y
culmina en la boca,
para derramarse
ininterrum p i d a m e n t e.
después la corona y
culmina en la boca,
para derramarse
ininterrum p i d a m e n t e.
Nená de la Torriente
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