lunes, 3 de agosto de 2015


A la barca se acercan olas de cemento 
y el casco grita. 
El remo quiere verse golondrina, 
y la cuerda hace escala en tu ventana 
que por enredarse en tus dedos 
alcanzaría cualquier cima, 
lejos de esta o aquella autopista 
con nombre de océano. 
Tú que puedes cambiar el nombre de las cosas 
dile al viento que venga 
y que nos barra, 
que ella sólo quiere llegar hasta ese bar 
orillando la acera 
y comerse un pastel de manzana. 
A la barca se acercan olas de cemento 
y el casco grita. 
Y la vida sigue siendo ese loco acertijo 
dentro de una botella 
que busca el hombro, 
después la corona y 
culmina en la boca, 
para derramarse 
ininterrum p i d a m e n t e.  



Nená de la Torriente

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