jueves, 5 de marzo de 2015


¿Qué destruye tu credo? 
¿Hasta dónde se extiende 
la línea de tiza? 

Pensábamos que tal vez 
había eternidad en los besos 
y dudamos demasiado. 
Nada cambia lo que es poderoso, 
lo que levanta la sonrisa y anega los labios 
con dientes húmedos. 

¿Somos lo que ni entendemos que somos?

Seguimos caminando a solas. 
Miedo al rapto de diferencia que nos hace únicos. 
Miedo a alargar una fila de candidatos eternos. 

Bésame hoy y mañana, 
y pasado 
y pasado mañana.

Perpetúa mi rostro con golondrinas confiadas 
que quieran dejar de emigrar. 
Dame la patria de tu boca 
y la alcoba de tu amanecida, 
sé el alacrán que me envíe a tu mundo, 

el más apartado de todos. 




Nená de la Torriente

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