¿Qué destruye tu credo?
¿Hasta dónde se extiende
la línea de tiza?
Pensábamos que tal vez
había eternidad en los besos
y dudamos demasiado.
Nada cambia lo que es poderoso,
lo que levanta la sonrisa y anega los labios
con dientes húmedos.
¿Somos lo que ni entendemos que somos?
Seguimos caminando a solas.
Miedo al rapto de diferencia que nos hace únicos.
Miedo a alargar una fila de candidatos eternos.
Bésame hoy y mañana,
y pasado
y pasado mañana.
Perpetúa mi rostro con golondrinas confiadas
que quieran dejar de emigrar.
Dame la patria de tu boca
y la alcoba de tu amanecida,
sé el alacrán que me envíe a tu mundo,
sé el alacrán que me envíe a tu mundo,
el más apartado de todos.
Nená de la Torriente
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