viernes, 20 de marzo de 2015


Entiendo el desorden 
desde su vasta cama hecha de helechos,  
mucho más que esa discreta seriedad 
expuesta a la picadura del mosquito; 
porque la rabia araña con manos de hombre 
y la razón cuando quiere cubre 
el único despertar que nos protege, 
separándonos de lo que no quisimos 
ni pretendimos nunca. 
Somos puro sentimiento que se irrita, 
que sabe impacientar a todo eso 
que se alinea ordenado 
bajo el canto de los platos. 
(Dámelo todo, que 
para abrazar siempre andamos 
tropezando) 
Te dirán no hagas eso, 
te dirán no me gusta que entiendas mi dolor 
porque no entiendes nada, 
porque no quiero que lo entiendas, 
porque no quiero que conozcas más de lo que yo conozco.  
Te dirán eres tonto hasta el límite del abismo 
pero comprenderás que la vida no es un saco perfecto, 

más bien esa realidad que se sostiene 
sin atender al turno de las cosechas. 



Nená de la Torriente 

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