SIEMPRE
Tuyo es el firmamento ordenado
en esta persiana gris,
mi regalo.
Tuyas las maneras de mis manos
acariciando una fruta.
Tuyo el brillo de mi piel,
el pellizco en el vientre
y este manojo de lunares
que en mí trastean.
Tuyo es el azul que cabecea
entre las ramas más altas
¡Míralo!
Todo el agua que se precipita
en los cristales,
el rugido del viento,
y tuya la claridad
de este corazón a la espera,
como esa vela insobornable
en la ventana.
Nená de la Torriente
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