jueves, 8 de enero de 2015

DE CALLE


Suenan tantas veces los mismos sones, 
llueve tantas veces sobre el mismo suelo 
que apenas sí recuerdo qué primera vez 
ni qué segunda, 
si los días anduvieron por mí 
o yo por ellos. 
Escucho el sonido de la calle prolongado, 
sostenido por cientos de ojos que no miran 
hacia ninguna parte. 
Los pasos se encadenan en las aceras 
con miedo a perderse del sinnúmero, 
de la multitud que compra 
compra 
 y 
compra, 
por temor a arañar el mosaico sucio 
y ya desdibujado, 

quedándose terriblemente a solas. 



Nená de la Torriente

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