Cuánto hay de amor
en un beso,
cuánto en un
abrazo que se inspira,
cuánto en un te
amo repetido
de un lunes a un
sábado cualquiera.
No creo en las
palabras que no diría,
ni en esos besos
de lenguas cortas
que lamen vasos,
tampoco en los abrazos
de los ciegos
que van buscándose
a sí mismos
en el latido de
los otros.
Sé de la palabra
que se mastica,
del beso que se
bautiza en otra boca
y del abrazo que
eleva a un ser humano,
sabiendo o no,
el amor que le
profesas.
Si fuéramos
vecinos…
Notarías mi presencia.
Notarías mi presencia.
Nená de la Torriente