Hoy, así la vida
Hoy no me reconozco
en el rostro de los demás,
como otras veces.
como otras veces.
Tantos matices,
luces,
interruptores encendidos
que están para dejar paso
a otros cientos.
El gesto taciturno del que viaja en el bus
sujetando el enorme peso de sus dedos,
la historia que encierra la arruga de su anular
en el cruce del pulgar en garra.
El frunce de la boca bonita
que tal vez busca un lunar que no tuvo
y debió de ser
besado,
justo en la linde de su comisura.
El ojo en laguna retenida
con un brillo en explosión,
controlando el llanto de una sola lágrima
que correrá tanto
como perderá la ira su gran frase.
Aquellas cejas juguetonas que quieren pensar
que alguien las invitará a jugar,
a un lenguaje sólo cifrado por dos
en cualquier rincón del mundo.
Los pies que sin saber que lo hacen
se rozan
y después con sabiduría profana
se irán a hablar en silencio.
Las pestañas que acarician la mirada de otro
atrapándolo en un universo de juegos,
empecatados e indóciles
o corteses y románticos.
La palabra dicha en el tono justo
para sembrar la simpatía
o para inocular el rechazo.
Hoy no me reconozco en los demás
como otras veces,
se desvanecen en otro mundo,
se van alejando,
se pierden en una película en blanco y negro
que visiono con cierta melancolía.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame