CHACHE
Chache decía
que no había que volcarse
como una hoguera rota,
donde los leños se desploman.
Ser misterio, ambigüedad,
y una sonrisa de lado,
vaticinando una historia
tan sutil como deliciosa,
esa era la fórmula perfecta.
Sabía que hay prados en llamas
aunque los veamos verdes,
y que el brillo urgente no es cosa
de un fósforo prendido
o de una deflagración.
Somos millones de reyes magos
en los días 5
de todos los meses de enero,
con enormes sacos abiertos
y las manitas sucias
de mover regalos,
sin mirar destinatario ni escalera.
Pura pasión a trompicones,
atropellándose,
que no quiere aguardarse
por si queda un cajón más grande
detrás de todos estos cajones,
ni una flor especial
detrás de todos aquellos jardines.
Somos eso tantos,
cualquier cosa lejos del enigma
y del arquetipo del
misterio.
Nená de la Torriente
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