Perdí mi batalla contigo.
La belleza tiene nombre de agua,
susurro de lluvia
y el aspecto de la roca besada
por la marea
con el verdinegro de los siglos.
La historia de un verso perdido
no es la historia de un abandono,
es el pequeño cuento de un suicidio,
porque el amor
siempre se nos vuelve drama.
Deporto el alma a un suburbio
como Vaulx-en-Velin,
y mi tristeza se enreda en Pallarés
buscando peces dorados.
Mais qu´est ce que tu veux que je te dise?
Mi francés murió con el lunar cerca del labio
ese que atacaron las termitas,
como debió de morir tu ansia
por colarte en una habitación conmigo
y burlar las horas con todos sus ángulos.
Recuerdo tus cabellos griegos.
No, no es cierto,
los siento aún entre las manos
porque son míos como lo fueron antes,
y en este instante no te maldigo
como no pude maldecirte ayer
cuando el dolor era insoportable.
Sí, al final conseguí vibrar
como todos lo hacen.
No voy a celebrarme por eso.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame