mi cuerpo comenzó a tremolar
como las banderas,
así debía de ser el amor y
sentirse en la boca
de un ser que te amase:
Aire fluyendo en cientos de fisuras.
Puntos de luz en un firmamento
hecho de viento,
y el beso viajando en él.
El mundo no estaba ahí afuera,
el mundo era yo.
Nená de la Torriente
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