A Carlos
Bailo encima de la copa,
debajo de la higuera,
arriba en el lazo azul que sostiene
el embarazo del cielo
y debajo,
donde descansan los siglos
de tanta maldad
y de tantos errores.
Vivo en un cubil de estrellas
aunque nadie pueda verlo,
me peino con las manos de todos,
beso la boca de uno solo,
pero no lo sabe,
y visito la ciudad que me visita
alguna tarde
en vísperas de invierno
siendo casi verano
en cuartos de playa y palmera.
Hoy escucho campanas de insumisión
cuando todos callan y
se acomodan en sillas de foam
y canto laureadas a un amor decrépito
que me saluda rozando su sombrero
con un aire entre seductor y tímido,
ebrio o de zumo de naranja y croissant.
Soy una niña cósmica,
él me lo ha dicho y yo le creo.
Quiéreme tú que tanto me desconoces.
Yo os amo infinitamente a todos …
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame