domingo, 21 de junio de 2015

A Carlos

Bailo encima de la copa, 
debajo de la higuera, 
arriba en el lazo azul que sostiene 
el embarazo del cielo  
y debajo, 
donde descansan los siglos 
de tanta maldad 
y de tantos errores. 
Vivo en un cubil de estrellas 
aunque nadie pueda verlo, 
me peino con las manos de todos, 
beso la boca de uno solo, 
pero no lo sabe, 
y visito la ciudad que me visita 
alguna tarde 
en vísperas de invierno 
siendo casi verano 
en cuartos de playa y palmera. 
Hoy escucho campanas de insumisión 
cuando todos callan y 
se acomodan en sillas de foam 
y canto laureadas a un amor decrépito 
que me saluda rozando su sombrero 
con un aire entre seductor y tímido, 
ebrio o de zumo de naranja y croissant. 
Soy una niña cósmica, 
él me lo ha dicho y yo le creo. 
Quiéreme tú que tanto me desconoces. 
Yo os amo infinitamente a todos … 


Nená de la Torriente

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