Llegué sin darme cuenta
cuando las campanas dejaron de sonar
y crucé el umbral de la vida
con un sencillo gesto.
En la búsqueda de lo familiar
el desconcierto,
la confusión por el desabrigo
inexistente,
el miedo al precipicio,
a la carrera,
al exceso,
me equivocaba.
Fui en todo y todo fue en mí,
y nadie,
y nada,
desde el primer momento,
porque hasta cuando enmudecían
las campanas
engullía sus ecos,
para vomitarlos en la débil memoria
de la distracción.
Nená de la Torriente
"Fui en todo y todo fue en mi......."
ResponderEliminarEsplendido
Me pone contenta que te agrade, anónimo.
EliminarNená