jueves, 25 de junio de 2015


ACABÓ
Así se lidia con el calor 
-me dijiste

Yo sólo pretendía ocultar 
el sonido de las chicharras 
con la música del arroyo, 
mirarme en el reflejo del agua, 
ser ingravidez y lejanía. 

Tú querías que te navegara, 
que hundiera mi cuerpo en el tuyo 
hasta llenarte de peces.
Yo, 
el suspiro de un beso 
cabalgando sobre otro 
en una mañana dormida. 

Pero enojado cruzaste los brazos, 
la mañana se convirtió en la noche 
y todo dejó de oler como antes. 

Un perro ladraba sin pulmones 
al otro lado de la calle,
y tú te alejaste de mi lecho
en el vientre frío de una sirena. 



Nená de la Torriente

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