lunes, 29 de diciembre de 2014


En cada nacimiento 
sea con crónicas o sin anecdotario 
a todos nos marcan en miseria, 
a todos nos marcan en luminiscencia. 
Uno viaja acompañado cada día 
por las caricias de otras manos 
o espoleado por la falta de ellas. 
Tú me sabes a esa Llamada solitaria 
de un mundo en perpetuo asombro.  
Te reconozco en todas las cosas 
que revoltosas nos prolongan 
en este sobrecogedor noviciado. 
Sé de ti por lo que asomas 
como mimosa en los montes, 
por el olor a presente que ansía futuro. 
Sé que no sé lo suficiente 
para guardarte en un cofre 
y llamarte por tu nombre 
más allá de tu nombre, 
pero tú sabes que yo estaré allí 
donde me necesites.

En cada nacimiento 
a todos nos marcan en rutilante faro 
los instante que sean, 
pero del mismo modo 
en lamentable y doloroso olvido. 



Nená de la Torriente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame