sábado, 27 de diciembre de 2014

BESO MILAGRO


De la edad 
quedaba un pequeño gesto 
apartado en un sobre, 
un lenguaje obsceno y destemplado, 
la amaritud de una historia 
muchas veces 
relatada. 

De los sueños, 
batintín de nubes, 
un azul cobalto que soñó con ser celeste 
y que el tiempo 
mojó con tintas dolientes 
hasta oscurecerlo. 

Dentro de un cajón sencillo 
los dos callaban, 
con esa manera de mirarse 
sin robarse 
el uno al otro 
el aliento, 

y tú ausente de cualquier historia 
llegaste por la ventana  
¡zas! 

Me diste un beso, 

como la cosa más natural del mundo. 



Nená de la Torriente

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