martes, 2 de diciembre de 2014



Desde cuándo el pez, 
desde cuándo el ave. 

Siempre de punta a esquina 
limitando los espacios. 
Una vida sin medidas, 
ni ponderadas, 
ni imprudentes. 
Sin centímetros de vértigo. 
Embriagada en el arrebato, 
y en la calma, 
y en el más dulce disparate. 
Que de uno en uno 
ni los pasos, 
ni los besos, 
ni las estaciones tediosas 
nombrando sus generales, 
ni los albores con diarios, 
ni los gestos, 
ni esas misivas de amor 
con recitales tan desmayados 
como inapetentes. 
Una vida rábida y 
reclamante. 

Desde cuándo el éter, 
desde cuándo el barro. 



Nená de la Torriente



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame