lunes, 20 de julio de 2015

El anti-poema


Me dijo un barbilindo 
que dejara de escribir, 
que no os llenara los ojos de letras, 
demasiados poemas, demasiados. 

Tanta serie se convertía en número 
y éste en algo tan mecánico 
que cualquier inclemencia oxidaría, 
arruinando su apetito. 

Todo necesita un reposo. 

Me dijo mi joven purista 
que nunca sería una poeta, 

-poetisa me daba la risa- 

entendiendo 
que entendía lo que escribo, 
no el modo en que entraba el aire 
en mis pulmones. 

Anhelaba que me tocarais por dentro, 
tanto como desaparecer 
cuando todo quedara por decir. 

El agravio no podía ser 
una condena a la exclusión, 
y si lo fuera  
no podría incriminaros

estarías siempre eximidos. 


Nená de la Torriente

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