y ahogarme en
millones de sabores.
Puedo ser canción,
risa, propaganda,
hélices verdes
desplomando el aire en aromas.
Puedo traerte en
bocanadas el elixir del vino
cuando te
recuestas a tomar oxígeno
fuera de tu
cuerpo,
y mucho más
alejada de lo que
es tuyo
y de lo que
pensaste quizá algún instante,
mío, a medias,
un sorbo de placer
en rastro continuo
tú-yo-tú-yo-tú-yo-tú-nadie
sin memoria de
espalda-vientre
en dicotomía de
seres al unísono
-esa realidad tan
per.imperfecta-
Una fantasía, un
dibujo,
una margarita
mágica posada en rojo
desde algún rincón
de la mente;
una balsa en medio
de un lago imposible
que vadea orillas
frecuentadas a diario,
con una
cotidianidad calmosa.
Hoy puedo
milagrosamente volver a ser
lo que un día me
concedió
el azar más
caprichoso y
regresar nube y campesina
a la tormenta más
imperceptible.
Nená
de la Torriente
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