martes, 28 de abril de 2015

Canción sencilla


Soy el aire 
entre las ramas más pequeñas, 
la caricia de los dedos 
que no culminan, 
la voz de la siesta y 
de la madrugada, 
la caricatura 
del que vence, 
del que aniquila. 
He sido el duelo y el mutismo 
de la lágrima, 
el grito sostenido 
con escuela, 
el verde 
que se sueña en la agostada, 
y el amor 
de unos cuantos arribistas. 
Sigo siendo 
la carne de lo avaros, 
de los sindientes  
el hambre desmedida, 
y la canción estremecida de los niños. 
Y seré un bajotierra, 
una funda de guitarra 
que ha soñado 
las palabras más y menos 
verdaderas, 
el sonido 
más allá de la entonada, 
el beso 
más allá de cualquier boca.  



Nená de la Torriente

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