martes, 14 de abril de 2015


Me perdono. 

Ver volar las manos de tanto bosque 
y suplicar a la lluvia que caiga sobre mí, 
que empape la semilla 
de lo que pude ser y devoró el sol hasta la seca. 

Me perdono. 

Enredarme en tu torbellino 
y caer en la ingravidez de su centro, 
ser tu fuente y tu corolario, 
el beso dado con mordida de pantera 
que no sabe desprenderse. 

Me perdono. 

Amarte hasta que no haya un lugar 
que no te tenga en mi tacto, 
alzarte como bandera en todos los mástiles, 
y cantarte tanto 
que huyan todas las ideas 
que vivan para engendrar estigmas. 

Me perdono. 

Viajar hacia a tus manos 
sin pensar en el regreso, 
tus ojos en mis ojos como clavo de atraque, 
reconociendo como única pared  
aquella, sólo aquella,  
donde decidamos quedarnos a vivir. 




Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. Muy muy muy bueno... eres genial!
    Me perdono.
    Ver volar las manos de tanto bosque
    y suplicar a la lluvia que caiga sobre mí,
    que empape la semilla
    de lo que pude ser y devoró el sol hasta la seca.
    Amarte hasta que no haya un lugar
    que no te tenga en mi tacto,
    alzarte como bandera en todos los mástiles,
    y cantarte tanto
    que huyan todas las ideas
    que vivan para engendrar estigmas. ...
    ¡¡ Me encantan!!!! como te envidio y admiro!

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  2. Gracias Luix, eres en extremo generoso.
    Un abrazo gigante,

    Nená

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