Me pregunto si puedo preguntar
cuánto pesan las nubes,
y al mirarme las manos
caigo
en
la
cuenta
de que soy como ellas.
en
la
cuenta
de que soy como ellas.
Ruedo por el rucho
enganchando tréboles
enganchando tréboles
y tallos de hierba.
Sonrío como un niño pequeño.
Cuando llego al llano
las piedras
ya
no
me
miran curiosas.
ya
no
me
miran curiosas.
Camino por el río
como lo harían las hojas.
como lo harían las hojas.
Atrapo las burbujas
que
desprenden
los
peces
de sus bocas.
desprenden
los
peces
de sus bocas.
Llego a tu espalda de puntillas
y me alojo
en
tu
cuello.
y me alojo
en
tu
cuello.
Beso el temblor de tus labios,
beso el dolor de tus sienes.
Me aferro al bucle caprichoso de tu sexo,
y cuando me quedo
a dormir en tu ombligo
a dormir en tu ombligo
entiendo
que
eres
mío
y yo de tu cuerpo,
que
eres
mío
y yo de tu cuerpo,
como el alma es de todas las cosas.
Nená de la Torriente
Re.correr... sonrío como un niño pequeño.. camino por el río como lo harían las hojas...
ResponderEliminarbonitos versos entre otros.
Gracias Luix, me alegra mucho que te agraden!
EliminarAbrazo!!
Nená