domingo, 22 de febrero de 2015


Quererte es mirar a la lluvia 
y sentirse cuenco, 
dejar que ruede como plumón 
sobre la piel cálida; 
estremecerse y volver a estremecerse 
y comprender que nada es explicable, 
ni cuantificable, 
ni ordenable 
en este corazón cardíaco, 
a ritmo acalambrado  por ti. 
Quererte es sonreír al celaje, 
a los lunes como si fueran viernes; 
sentir calor en el vientre 
cuando delante no hay nada, 
amanecer y volver a amanecer 
una y mil veces 
imaginando tu cuerpo en el mío, 
como una sucesión interminable. 
Quererte es grillete, hierro, cautiverio, 
voluntad, rescate, rebeldía. 
Todo, 
a la misma vez. 



Nená de la Torriente

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