Gracias gorrión...
Él me dijo: Voy a ser feliz.
Y consiguió que yo lo fuera.
Sólo quiero escribirte.
Dentro de ese azul infinito
está mi voluntad de quererte,
y no anda cuestionándose horas
ni minutos,
ni la herencia de una Marilyn
en busca de una prenda con más peso.
Dentro de ese azul que me asusta,
tus ojos,
dos caballos de humo
arengando de norte a sur mi cadera,
porque a la luz de ninguna lámpara
me quedo presa
y tu cuerpo es la única realidad
que existe.
Nená de la Torriente
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