lunes, 29 de agosto de 2016


Para vivir 
una vidriera de colores, 
miles de tonalidades: 
Cálidas, 
inquietantes, 
seductoras, 
melancólicas, 
aterradoras. 

Te atrapan e instan 
a buscar la luz tras los colores 
o logran que los rechaces 
y desees romper el cristal 
en tantos pedazos  
como matices lleva. 

Para vivir, un cristal, 
un recorte de verdad a medias 
por donde mirarte 
y mirarlo todo. 

 Alterar el reflejo 
una a una 
 otra a otra, 
por donde ver el mundo 
con mirada tierna,
divertida, 
mustia, 
pavorosamente triste, 
enloquecidamente alegre, 
asustada, 
enamorada, 
horrorizada, 
viva, 
o con los ojos finados 
de aquel que ya no sabe mirar. 

Para vivir ,
el alma,  
una vidriera de colores. 



Nená de la Torriente 

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