A B S U R D O S
A medio renglón
todos parecemos humanos
cuando la humanidad no se pronuncia
a voces.
Ella posó sobre la hierba un manojo
de espliego,
ramas secas,
un rimero de tierra húmeda alineada
y algo parecido a un círculo
hecho con pétalos de amapola.
Él la miró contrariado,
no entenderla destronaba su posición
en el pequeño universo de ambos
-urdió su mente,
y se equivocaba-
Se vio arrojado,
y sintió como un caz profundo
se abría
entre aquel verde luminoso,
el nuevo jardín,
y ellos dos.
El miedo maneja mal las distancias
-se dijo-
y atravesó aquel extraño laberinto
de objetos,
destrozándolo.
¿Por qué hiciste eso?
-Sollozó ella-
¿Y por qué no?
-Contestó-
Nená de la Torriente
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