a suerte de peso y esencia?
La vista siempre pensó
que era más sabia,
a la que iban a condenar
por ser la Elegida.
por ser la Elegida.
Absurdamente en soledad
con su largo telescopio,
nadie la confinó en el ahora,
en el ya,
en el instante preciso
en el ya,
en el instante preciso
que bordea al opaco,
condenándole
a los sin presagios,
permitiéndole
un cosmos de probabilidad tan real
como desvestido de sueños.
~Dame un poco de eso que huelo
y de eso otro dulce
y me harás feliz,
no pido más~
(Eso me dicen)
(Eso me dicen)
Y se empeñan en concluir
que no pida nada
de aquello que imagino,
pero
eso
me resulta
excesivamente
injusto.
que no pida nada
de aquello que imagino,
pero
eso
me resulta
excesivamente
injusto.
Nená de la Torriente
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